En 2021, la OMS publicó el Informe Mundial sobre la Audición, donde se subrayaba que cada vez son más las personas que padecen pérdida de audición o que corren el riesgo de padecerla. Según las previsiones, una de cada cuatro personas presentará problemas auditivos en 2050.
Deficiencias auditivas
Las deficiencias auditivas de nacimiento o las que se desarrollan en bebés y niños pequeños pueden provocar problemas de desarrollo si no se detectan y tratan a tiempo.
En adultos, son numerosos los estudios que demuestran una relación directa entre la pérdida auditiva no tratada y un mayor riesgo de demencia, depresión, caídas e incluso enfermedades cardiovasculares.
La detección es el primer paso para tratar la pérdida auditiva y las enfermedades del oído relacionadas con ella.
Realización de pruebas
Una revisión periódica consiste en la realización de una serie de pruebas, que se llevan a cabo en un centro auditivo especializado, que permiten cuantificar la pérdida auditiva, así como el grado de afectación del habla y del entendimiento. Esta evaluación se puede realizar en personas de cualquier edad, desde recién nacidos hasta personas adultas.
Es aconsejable realizar una revisión auditiva anual, ya que nos ayudará a prevenir problemas auditivos que muchas veces no detectamos y que, sin embargo, van afectando directamente a nuestra calidad de vida.